martes, 8 de febrero de 2011

[..] Los padres de María Ignacia no podían creer que esa joven fuera su hija,
que había estado en estado crítico , que había entrado a la UTI por sobredosis de marihuana; hace no mucho había cumplido 17 años y al parecer las cosas no eran como ellos pensaban.
Ya de alta quedó bajo estricta supervisión de una nana que sus padres contrataron, unido a restricciones de comunicación, el castigo debía repercutir enormemente en lo que ella había hecho, sin embargo, el objetivo de ella era volver a consumir, volver a encontrar a esa chica de la cámara fotografica y escapar de esa ciudad..

No puedo negar las ganas de ser María Ignacia, de poder seguir con convicción lo misterioso,
sin embargo, eso obligaría a olvidarme de todo avance que quisiera hacer de acuerdo a mi proyecto personal.
Estar sola ayudará a desechar cada cosa que obstaculiza mi avance, limpiarme interiormente, escribir y botar,
exteriorizar, arrglarmelas yo sola sin ninguna pareja a mi lado, sin esa necesidad de pilar; dejar de temerle a la soledad, sobre todo a las decisiones, emprender mi camino con responsabilidad...
la chica de la fotografía la persona que más he querido en la vida, dejando mi egocentrismo de lado, mi vida propia, para ponerle el hombro, darle un abrazo, hasta darle un beso, hasta escribirle, nunca es suficiente,
sé que lo entenderá algún día, quizás ya lo sabe,
quizás sabe,
pero estoy segura de su repercusión en mis acciones, con mi voz interna, con mi locura reprimida,
she is,
yes, she is,
why not?
Aprovechando mis días de conexión,
a pocas horas de partir,
tomando las energías necesarias para llegar clara, decidida a emprender mi camino

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